FotografÃas que capturan un colibrà en el momento exacto
El colibrà está considerado uno de los vertebrados más pequeños del planeta tierra, con aproximadamente 5 centÃmetros de largo y 2 gramos de peso. Se trata de un ave que luce un plumaje muy llamativo en el que abundan los colores brillantes, incluso metalizados. Esto hace que resulten especialmente atractivos para ser fotografiados. En este artÃculo te contaremos pequeñas curiosidades de esta especie, además de algunos trucos para poder inmortalizarlos y lo acompañaremos de increÃbles fotografÃas que capturan su aleteo.
Prefieren los climas templados y tropicales, aunque pueden soportar temperaturas más frÃas. Los podemos encontrar a lo largo del continente americano, desde Alaska a Argentina, pero si queremos disfrutar de la mayor variedad tendremos que visitar Ecuador.
La base de su alimentación es el néctar de las flores, que succionan ayudados por un largo pico que puede alcanzar la longitud total de todo su cuerpo. Sus favoritas son la caléndula, la zinnia, el iris, la duranta y los geranios. Además, durante este proceso los colibrÃes colaboran en gran medida a la polinización de las plantas. El resto de las calorÃas que necesitan para cubrir su enorme consumo energético (1.000 pulsaciones por minuto y cerca de 80 km/h) lo consiguen con pequeños insectos que van encontrando por el camino.
Su acelerado metabolismo les hace permanecer constantemente al borde de la muerte. Para sobrevivir, son capaces de consumir hasta la mitad de su peso en alimento. En cualquier caso, su esperanza de vida nunca supera los cinco años.
La rotación de 180 grados de sus alas les permite moverse hacia cualquier dirección. Pueden batir sus alas unas 75 veces por segundo cuando se mueven hacia delante, alrededor de 60 si van hacia atrás y 55 si permanecen quietos. Esta increÃble velocidad provoca que al verlos parezca que permanecen ingrávidos flotando en el aire.
Son totalmente imprevisibles, lo que dificulta sobremanera el proceso de fotografiarlos. Su agilidad obliga al fotógrafo a ejercitar sus reflejos para ser capaz reaccionar a tiempo. En cualquier caso, antes de intentar tomar ninguna fotografÃa es imprescindible dedicar mucho tiempo sencillamente a la observación de su comportamiento.
Capturarlos en su hábitat natural es algo francamente complicado, por lo que podemos optar por atraerlos hacia nosotros. ¿Te imaginas cómo? ¡Exacto! Con comida. Podemos adquirir o incluso fabricar comederos para colibrÃes que rellenaremos con una mezcla de agua y azúcar. Es importante mantenerlos limpios porque tienden a acumular bacterias que pueden provocar enfermedades a este frágil animal. Después toca esperar a que descubran la nueva fuente de alimento y se acostumbren al entorno.
En el momento de fotografiarlos optaremos por velocidades de obturación alta y un diafragma preferiblemente cerrado para que el animal aparezca enfocado correctamente. La luz debe ser suave para no crear sombras ni que su reluciente plumaje cree destellos innecesarios.
Lo más sencillo es trabajar cuando están posados, por ejemplo mientras comen. Para ello podemos utilizar objetivos largos que nos permitan permanecer alejados o colocar la cámara cerca de ellos y disparar con un control inalámbrico. Si queremos cazarlos en el aire, es interesante el uso del autofoco.
La experiencia nos enseñará cuándo es mejor realizar fotografÃas que capturan un colibrÃ. Por ejemplo, si lo hacemos entre los meses de abril y agosto en los que el colorido está en pleno apogeo conseguiremos imágenes con mucho más encanto . En cualquier caso, ¡recuerda anteponer a todo lo demás el bienestar del animal! Respetemos la naturaleza.
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