Consejos muy útiles para fotografiar la Luna 

Ya os hemos hablado acerca de la fotografía nocturna y de todo lo que necesitáis saber para hacer una buena instantánea de noche, hoy profundizamos en el tema con la luna como protagonista.

La Luna es un elemento que se suele fotografiar a menudo, ya sea como protagonista de nuestras fotos o formando parte de la escena. Seguramente en ocasiones te habrás preguntado por qué te aparece un círculo blanco en vez de conseguir capturar la textura de los cráteres. A continuación te voy a contar algunos consejos que te resultarán muy útiles a la hora de fotografiar la Luna.

Lo primero de todo es que no siempre podemos fotografiar lo que queremos cuando nosotros queremos, sobre todo cuando hablamos de algo relacionado con la naturaleza. Éste es el principal problema y es que para fotografiar la Luna hay que elegir bien el momento.

Lo habitual cuando la fotografiamos de noche es que nos aparezca un círculo blanco sin detalle. La Luna, salvo que utilicemos un teleobjetivo, no va a ocupar apenas espacio en nuestra fotografía, de ahí que la cámara, a la hora de hacer la medición no la tenga en cuenta y se nos queme.

Media luna con edificio

No siempre coincide que la Luna se pone durante el ocaso. A veces lo hace en el momento justo, otras como en esta foto, cuando no hay suficiente luz como para sacar detalle, aunque obtenemos un color azul y naranja en el cielo, lo que lo hace más interesante que un cielo negro.

Hay que tener en cuenta que la Luna refleja la luz del Sol, aunque para nosotros es un cuerpo que emite luz, es decir, una noche de Luna llena en medio del campo nos sirve para movernos sin necesidad de utilizar linternas.

Si hacemos una medición en modo puntual sobre la Luna nos dará un resultado totalmente diferente al que nos da medir sobre el cielo o sobre cualquier otro elemento que no esté iluminado. Debido a esta diferencia es por lo que no podemos tener detalle en la Luna y a la vez que se vea el paisaje.

Sin embargo, cuando es de día y la luz del Sol no hace pasar totalmente desapercibida la Luna podemos fotografiarla sin problemas. Esto es porque de día no hay tanta diferencia lumínica entre la Luna y el entorno.

De esta manera, la solución está en fotografiar la Luna cuando la luz ambiente no difiere mucho de la luz que refleja la Luna. Un momento ideal es durante el amanecer o el atardecer. Durante un atardecer, el cielo va perdiendo luminosidad y la Luna va tomando cada vez más protagonismo. Conforme se vaya oscureciendo el cielo será más difícil obtener detalle tanto en la Luna como en el resto de la escena.

Luna encima del mar con edificio

Este tipo de fotografías se suelen planificar, sabiendo por donde pasará la Luna y a qué hora, con el fin de poder crear una composición determinada.

Si no queremos perder el detalle en la Luna tenemos que utilizar una medición puntual y medir sobre ella. De lo contrario corremos el riesgo de que la gran cantidad de luz sobreexponga dicha zona y salga completamente blanca.

Si fotografiamos la Luna muy cerca del horizonte haciendo mucho zoom e introduciendo algún elemento terrestre dentro de nuestro encuadre, como por ejemplo un edificio, personas o algún objeto del cual sabemos su tamaño, crearemos un efecto visual en el que la Luna aparentará ser más grande de lo normal.

Sergio Arias
Fotógrafo profesional especializado en viajes, naturaleza y turismo. Formado de manera autodidacta trata de buscar momentos únicos, buscando siempre buenas luces pero sobre todo una buena composición. Apasionado del blanco y negro donde encuentra su visión más personal.
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