Los rostros que captura Cristina Otero transmiten en silencio emociones y sentimientos
A Cristina Otero le persigue su propia leyenda. Se trata de la fotógrafa española más joven -15 años-en exponer en una galería de manera individual. Aparte de eso, es una maestra del autorretrato editado con técnicas de post-producción, la cual ha aprendido por sí misma en la habitación de su hogar.
Cristina Otero Pascual nace en Pontevedra en 1995. El año de su nacimiento sorprende a todos los que se detienen a ver su trabajo en detalle, encontrándose con obras con un impacto visual y una madurez que envidiarían muchos. Los suyos bien podrían ser uno de los 20 retratos que han marcado la historia.
Con tan solo 13 años descubre, a través de un reality show llamado “América´s Next Top Model”, que quería conocer más sobre el mundo de la fotografía y todo lo que implica llevar el maquillaje, estilismo y peinado a un punto artístico con un deje de fantasía.
Poco tiempo después de este descubrimiento es el Kir Royal Gallery quien acoge en su inauguración la primera exposición individual de Otero en el 2011, la serie compuesta por autorretratos estuvo titulada bajo el nombre «El otro él mismo: otra para sí misma».
Sus fotografías están cargadas de una melancolía, oscuridad, misterio y tristeza que se mete debajo de la piel. No obstante, no se pueden dejar de lado aquellas en las que su simple sonrisa deja ensimismados a los espectadores. Su magia radica en la expresividad, en cada rostro y personaje que logra crear, dándole una fuerza evidente al editarlas o agregarles un símbolo, animal, fruta o destello de color.
Cristina elige el autorretrato por encima de cualquier tipo de fotografía porque así logra transmitir lo que ella siente y quiere. Es como una conexión intima entre ella y su cámara, una unión perfecta entre la emoción a reflejar y ella misma.
Recientemente ha abierto un poco más las opciones y ha empezado a trabajar con otros modelos, empezando por familiares y amigos y también con modelos de agencias que encajan en la idea que ella quiere retratar. Cristina afirma que con esta nueva experiencia aprende mucho y es una forma de interactuar con alguien más delante de la cámara, tratando de reflejar la sensación o idea que cruza por su mente.
Para sus sesiones se ha vestido de vampiresa, con una granada en un ojo, con plátanos en la frente, animales marinos y terrestres, completando con ellos fotos que conforman distintas series y proyectos personales y comerciales, que ha hecho a lo largo de su corta trayectoria.
Su serie más famosa y a la vez más copiada es “Tutti Frutti”, un proyecto personal, lleno de vida, colores y muchas frutas, donde la joven fotógrafa personifica las sensaciones que le provoca cada alimento.
La técnica utilizada por Cristina es muy sencilla, pero a la vez compleja. Utiliza luz natural o de foco si trabaja en estudio y una cámara Pentax K-5, con la que capta en primer plano expresiones, caras, sonrisas, lagrimas, un poco de todo que es llevado a editores como Photoshop y Photoscape para realzarlos, darles vida e inyectarles un poco más de ella misma.
Se dio a conocer a través de las redes sociales y, a partir de ahí, ha ido creciendo de una manera increíble. Tanto que ella misma se sorprende de su alcance. Lleva ya un buen tiempo dando a conocer de primera mano qué hace y cómo lo hace en charlas y workshops a personas que muestran interés en su tipo de trabajo.
En el 2012 y el 2013 expuso en las tiendas de Fnac de Madrid, Barcelona y Málaga, también estuvo en Valencia en la Fundación La Caixa, y participó en una campaña de publicidad de la Red Nacional de Ferrocarriles- Renfe.
Cristina ha traspasado las fronteras españolas, sus retratos han sido expuestos en galerías de Ámsterdam, Berlín y Argel, muchos de ellos siguen expuestos de forma permanente en Alemania, Reino Unido, Canadá, Brasil y España.
Otero es un gran ejemplo de que la edad no influye en la madurez y la pasión que le inyectas a tus proyectos, con ella podemos partir de que solo es necesario las ganas, pocos instrumentos pero sobre todo una visión más allá y buscar la manera de plasmarlo.
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