«La emoción es lo único que encuentro interesante de la fotografía», Christopher Anderson

El fotógrafo de la emoción, el artista capaz de compaginar la brutalidad de la guerra con la fotografía de moda, que en comparación puede resultar superficial e incluso frívolo. Hablamos de Christopher Anderson, integrante de la agencia Magnum, lo cual ya son palabras mayores.

Tras la Segunda Guerra Mundial, un grupo de reconocidos fotoperiodistas decidió acercar la realidad de los conflictos bélicos a la sociedad. Fue así como Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, George Rodger y David Seymour «Chim» fundaron Magnum Photo. Gracias a ellos tenemos ahora un increíble archivo fotográfico que recoge toda la historia del siglo XX.

Estos integrantes iniciales eligieron a otros que también formarían parte, y todavía hoy son los propios fotógrafos los que escogen a los nuevos miembros de la agencia. El propio Cartier-Bresson se encargaba de enviar una carta a cada nueva incorporación con el siguiente mensaje: «Quiero recordar que Magnum fue creado para permitirnos, y de hecho obligarnos, a traer testimonio del mundo de acuerdo a nuestras propias capacidades e interpretaciones».

En la actualidad cuenta con oficinas en Nueva York, París, Londres y Tokio,  y en sus setenta años de historia han pertenecido a ella grandes figuras como Bruce Gilden, Philippe Halsman, Elliot Erwitt o Steve McCurry. En el año 2005 Christopher Anderson fue nominado para entrar y cinco años más tarde fue nombrado miembro de Magnum Photo.

El interés por la fotografía de Christopher Anderson despertó tras graduarse en la universidad. Fue en el laboratorio fotográfico del Dallas Morning News donde aprendió a revelar y positivar las imágenes. En el año 1993 entró a trabajar como fotógrafo para un periódico de una pequeña localidad de Colorado, puesto que decidió abandonar dos años más tarde para convertirse en freelance. Durante esta etapa colaboró con importantes publicaciones de la talla de Time, Stern, Life y Sports Illustrated.

Posteriormente pasó a formar parte de Aurora & Quanta Productions, la agencia creada por los fotógrafos de National Geographic Robb Kendrick, Lynn Johnson y Peter Essick entre otros. No obstante, tiempo después comenzó a trabajar en VII Photo y posteriormente fundó su propia agencia, Edge.

Como ha explicado en varias entrevistas, nunca se le pasó por la cabeza ser comercial. Simplemente era un chico joven apasionado por la fotografía que solo buscaba «hacer lo que hacía, como quería y con la mayor integridad posible». Jamás imaginó que acabaría siendo galardonado con la Robert Capa Gold Medal. El trabajo merecedor de tal enorme reconocimiento fueron las fotografías que tomó en un viaje ilegal que compartió con inmigrantes de Haití hacia Estados Unidos a bordo de una barcaza bautizada como «Believe in God». Puso en juego su propia vida, ya que el bote naufragó en el Caribe.

Trabajo por el que Christopher Anderson ganó la Robert Capa Gold Medal

Christopher Anderson

Sus primeras fotografías las realizó a color, pero cuando comenzó a cubrir conflictos bélicos pasó al blanco y negro con motivo de que la monocromía suele dotar a las imágenes de un efecto atemporal y un mayor dramatismo. No obstante, en la actualidad ha vuelto al color. Esto se debe a que ha abandonado la fotografía de guerra, ya que era demasiado duro «reconciliar mis sentimientos» tras fotografiar en esas situaciones.

Durante esa etapa se encargó de plasmar con una sensibilidad espectacular la violencia, la miseria, el hambre y todo el dolor que trae consigo la sombra de la guerra a aquellos lugares que visita. Sus fotografías en zonas enfrentadas como Gaza, Líbano o Afganistán le han hecho ganador de otros reconocimientos como el Kodak Young Photographer of the Year, The Visa D’or de Perignan y varios World Press Photo.

Christopher Anderson ha preferido siempre referirse a sí mismo como fotógrafo documental antes que como fotoperiodista. Destacamos entre sus proyectos «Capitolio», que captura el rechazo de la sociedad venezolana durante el gobierno de Hugo Chávez; y «Son», que refleja el día a día de su mujer y su hijo mientras su padre estaba enfermo de cáncer. «Si Capitolio está construido como cine negro, Son es un poema», afirma el artista.

También ha trabajado al servicio de diseñadores, por ejemplo Christian Lacroix, y celebrities entre las que destaca Lady Gaga. Sin embargo, el ámbito en el que nos ha dejado más trabajos exquisitos es sin duda la fotografía de guerra, pocos han sabido retratar el sufrimiento humano como lo ha hecho él. Ojalá hubiera abandonado los conflictos como consecuencia de su fin.

Esther de Vicente
Estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Amante de la vida y sus momentos. Me encanta la fotografía, el mundo de la moda, y por encima de todo viajar. Siempre con ganas de conocer lo desconocido.

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