“Cuando saco fotos, no tengo ningún plan. Simplemente me dejo llevar por mis sentimientos”. Bieke Depoorter
La fotógrafa Bieke Depoorter de origen belga, pide cobijo en la casa de desconocidos para retratar su vida cotidiana y situaciones íntimas en su propio ambiente. Retrata momentos indescriptibles, delicados, frágiles e intensos, pero siempre con ese toque de ternura que caracteriza su estilo fotográfico.
“Busco un sitio para pasar la noche. ¿Sabe de alguien con una cama o un sofá libres? Tengo saco de dormir. No quiero meterme en un hotel porque no tengo mucho dinero y quiero saber cómo viven los rusos. ¿Me dejas dormir en tu casa?”.
Con estas palabras en ruso que le había redactado una amiga suya en una nota, esta joven fotógrafa se embarcó en el Transiberiano rumbo a Rusia, bajándose en aquella estación donde ya había llegado la noche. No sabía nada del idioma, pero a través de esta táctica logró su cometido.
Aprendió fotografía en la Academia Real de Bellas Artes de Gante, finalizando en el 2009. En ese mismo año como trabajo final de curso viajó a Rusia durante tres períodos de un mes, para realizar su serie más conocida “Ou Menya” que significa “Contigo” en castellano.
Visitó pueblos perdidos con el fin de encontrar la confianza e intimidad de los hogares más normales y sus habitantes mientras pasaba una sola noche con ellos. La fotógrafa recalca que no se trata de “cómo vive la gente” sino sobre la intensidad y profundidad de sus vidas y esa relación que puede llegarse a crear entre ellos y quien les retrata.
“Una sola noche puede parecer poco tiempo, pero es mucho cuando la vives”.
Bieke afirma que es en el salón o “cuarto de estar” dónde gira la vida familiar, en esta estancia tiene un contacto más cercano con los que allí habitan, viviendo directamente sus tradiciones y costumbres, así como su comida, su bebida, llantos y risas.
La imagen anterior fue una de las primeras que realizó, con la cual al fin pudo sentir lo que la fotografía significaba para ella. Con las fotos anteriores sentía que las familias eran sus trabajadores y que tenía que aguardar por el momento preciso o alguna pose correcta para realizar el disparo.
Nunca se sentía completa ni satisfecha con las fotos, a todas les faltaba algo, pero ésta estaba completa, en ese instante lo entendió todo: “Esa noche me di cuenta de lo importante que es conectar con la gente que retratas». La serie tuvo un libro homónimo publicado en el 2012 y premiado como el mejor libro diseñado en Bélgica en ese año.
El mismo año que inició este proyecto, ganó el Hp Magnum Expression Award en Nueva York y formaba parte de la agencia de fotografía francesa Tendance Floue. Al llegar el 2012 fue nominada por Magnum y en el 2016 se incorporó como miembro asociado.
El trayecto de Bieke no quedó ahí, quería también comunicarse con quienes la acogían. Por ello, eligió otro destino para retratar los hogares de desconocidos, la siguiente parada fue Estados Unidos.
Utilizó el mismo método de dejarse llevar por el instinto y abordar a alguien en la calle para pedirle pasar una noche en su casa. En esta ocasión fue mucho más fácil, pero aún había en medio la disyuntiva: no nos conocemos, pero quiero dormir en tu casa y retratar tu vida e intimidad.
Realizó más de 5 viajes por las ciudades más pequeñas y menos conocidas. De todo el trayecto salió su segundo libro “I am about to call it a day” publicado en el 2014 por la editorial Patrick Frey y Hannibal.
Actualmente, Bieke continúa realizando series fotográficas, trabajos independientes y exposiciones colectivas y en solitario, creando sus propios diarios fotográficos al igual que hizo David Alan Harvey con sus diarios en blanco y negro.
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