Disfraces infantiles que se convirtieron en arte, por Cindy Sherman
Entre los logros más reconocidos de Cindy Sherman se encuentra el ser la autora de varias de las fotografías más caras de la historia, donde ella misma hace de modelo, maquilladora y fotógrafa.
Cynthia Morris Sherman, más conocida como Cindy Sherman, es considerada una referencia en la fotografía de posguerra de Estados Unidos. Esta fotógrafa, directora de cine y artista americana ha expuesto su trabajo durante más de 30 años en las salas del Museo de Arte Moderno, algo que muy pocos consiguen.
Nacida en una familia muy ajena al arte, demostró desde pequeña una afinidad a la creatividad que sacaba a la luz a través de sus disfraces. Con tan solo 12 años ya hacía de anciana junto a su amiga de infancia Janet Zink.
Disfrazarse era para ella solo un juego. No era consciente de que esa inocente diversión infantil la estaba encaminando a ser una artista y que continuaría disfrazándose 35 años más.
Al crecer, con el apoyo de sus padres decide estudiar arte en el State University College de Buffalo, Nueva York. Allí se inicia en la pintura, carrera que abandonó más tarde para dedicarse al estudio de la fotografía.
Sherman sentía que la pintura era solo una imitación insuficiente para desarrollar sus grandes ideas. No conectaba con ella de la misma forma que lo hacía con otros pintores, mientras que con la fotografía podía expresarse totalmente sin ningún tipo de limitación.
Antes de graduarse Cindy conoce a Robert Longo y a Charles Clough, compañeros fotógrafos y personas importantes en su vida, con quienes formó un espacio para exposiciones llamado “Hallwalls” donde ellos mismos y otros artistas independientes daban a conocer sus obras.
Al terminar de estudiar se muda a un estudio en Manhattan. Allí inicia su larga trayectoria y realiza las primeras fotografías de sí misma.
A pesar de que la mayoría de las imágenes son propias, éstas no son consideradas autorretratos. Son una vía para presentar distintos temas de la modernidad de esa época, así como una forma de representar el papel de la mujer y de los artistas en la sociedad, los medios de comunicación y el arte. Estas imágenes la han posicionado como uno de los artistas visuales más destacados dentro del siglo XX.
De sus primeros trabajos destacan las series “Bus Riders” y “Murder Mistery People”, donde Cindy escenificó a supuestos autores de un crimen o ciudadanos comunes que utilizaban el transporte público de Nueva York.
Más adelante realizó la serie “Complete Untitled Film Stills”, una de las más importantes de toda su carrera, que creó entre 1977 y 1980. Todo el proyecto tenía un aspecto parecido a fotogramas de cine gracias al atrezo, la vestimenta y algunos planos muy utilizados en el cine negro.
Cada fotografía es una actuación que lleva a cabo Cindy, se pone en la piel de mujeres reales en su papel diario: la actriz, la ama de casa, la mujer que llora, la mujer en estado de peligro, la prostituta, la bailarina, la manipuladora, la estudiante, etc. Interpreta cada uno con un sentimiento profundo, como si fuese ella misma en la realidad.
A esta serie le sigue “Rear Screen Projections” (corolario), imágenes a color con el mismo formato que “Untitled Film Stills” y donde vuelve a observarse cada estilo de mujer. En este caso el escenario se magnifica al utilizar una escenografía más visual a través de imágenes que proyectaba al fondo sobre una pantalla.
Otro proyecto conocido es “Retratos históricos”, en el que Cindy representa personajes masculinos de pinturas clásicas del arte de Occidente. También han destacado los proyectos “Untitled A-E”, “A Play of Selves”, “Society Portraits”, “Sex Pictures”, “Masks”, “Broken Dolls”, “Hollywoods /Hampton Types”, “Disasters y Fairy Tales”, “Clowns”, “Fashion” y “Murals”.
Actualmente Sherman continúa realizando trabajos de fotografía en los que sigue promulgando el papel de la mujer en la sociedad. Muchos la han tachado de feminista y critican su trabajo por ser algo “egocéntrico”. La fotógrafa a lo largo de los años solo se ha querido dar a la mujer la dignidad que merece, independientemente de cual sea el rol que la identifique en la sociedad.
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